Las pandillas afiliadas a los dos cárteles de la droga más grandes de México, que luchan a muerte por la participación de mercado, han aumentado en número e influencia desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo en 2018. Relajó su postura bajo una política que llamó “abrazos, no balas”. Los arrestos por parte de la guardia nacional de México, creada durante el gobierno de López Obrador para reemplazar a la policía federal, cayeron a 2.800 en 2022 desde 21.700 en 2018, según la agencia nacional de estadísticas. Más de 200 bandas criminales están involucradas en guerras territoriales, en comparación con 76 en 2010, según el International Crisis Group, un grupo de expertos con sede en Bruselas que estudia los conflictos violentos en todo el mundo. La mayoría de las disputas involucran a los carteles de Sinaloa o Jalisco, unas de las organizaciones criminales más grandes del mundo y los principales traficantes de fentanilo, el opioide sintético de bajo costo y alto margen que mata a decenas de miles de estadounidenses al año. Las bandas criminales detrás de la epidemia de drogas en Estados Unidos están experimentando un crecimiento acelerado, ejerciendo un mayor control sobre más territorio en México, donde son en gran medida libres de asesinar a sus rivales, castrar a la policía, confiscar propiedades y obligar a los municipios a otorgarles contratos públicos. En diciembre, agricultores de una aldea en el estado de México atacaron a miembros de un cartel local con machetes y hoces, rebelándose contra las demandas de que cada uno pagara hasta 600 dólares por trabajar su propia tierra, dijeron las autoridades. En la pelea murieron 10 pandilleros y cuatro agricultores.
@ISIDEWITH10mos10MO
¿Cree que un enfoque de ’abrazos, no balas’ puede combatir eficazmente la violencia y las organizaciones criminales, y por qué?
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¿Cómo te sentirías viviendo en una comunidad donde las bandas criminales tienen más poder que la policía local?